Esta vez el tutorial no es para nosotros o la casa... Mi gata fue operada y le esperaba un post operatorio en casa de 15 días... 15 días con el collar isabelino o cono de la vergüenza son muchos días. Ella estaba físicamente bien a los tres días, pero de mal humor, con una herida en la oreja, haciendo cosas de loca como chupar el cono, darse golpes con todo y dándome mucha pena, (sospecho que a propósito) Además del cono lleva unos bodys de algodón que le quedan como a Beyoncé y que tampoco le molan, así que el objetivo era reducir el mal rollo en la medida de lo posible.
Así que bicheando en internet descubrí una alternativa inflable (inflable, para gatos?) que también vi en plan casero de tela, y esa es la propuesta. En 20 minutos tienes una opción rápida y efectiva (comprobado!) para convertir esos 15 días en un poco menos infierno. No vale para todo, claro, una herida en una pata delantera sigue siendo accesible, pero de los sobaquillos para abajo, todo cubierto!
Vamos a hacer un donut rápido, blandito y amoroso. Al gato no le va a encantar, pero es mejor que el cono de plástico, creedme. Necesitaréis tela de algodón, bies, y relleno.
Para empezas poned la tela doble y cortad un donut. No doy medidas, porque cada bichín tiene las suyas propias. Para el círculo de dentro hice un aro con el metro de costurera que le entrase por la cabeza y esa fue la medida. Para el de fuera, tracé un círculo concéntrico a unos doce centímetros. Es es suficiente para evitar que se llegue al costurón del torso.
Cortad cinco trozos de bies de cinco centímetros (si es para un perro y el círculo interior es muy grande, puede que tengáis que poner más de cinco trabillas de bies) y situadlos repartiditos. Recordad que es una versión de guerrilla, rápida y no muy perfecta por lo que no hace falta que midáis, y el acabado no va a ser el mejor, pero cumplirá su función.
Coged cada trozo de bies y dobladlo por la mitad. Metedlo entre las dos capas de tela que hemos cortado, más o menos en la posición que tenían.
Si os sentís valientes, asegurad las presillas de biés con alfileres como se ve en la imagen. Los mantienen en su sitio y sustituyen al hilvanado.
Unid las dos piezas con la máquina de coser, con una puntada media. Asegurad la fortaleza de las presillas dando marcha atrás en vuestra máquina y volviendo en cada una. Así os aseguráis de que por mucho que tire, se enganche o trate de arrancarlo, el donut permanecerá tan pancho.
Haced cortecitos perpendiculares a la costura cada centímetro y medio más o menos.
¿Veis? Así. Ahora dad la vuelta a la labor.
Tiene que quedar así. Ahora vamos a coser directamente el borde. Hay maneras de hacer que no queden costuras a la vista, pero el donut no quedaría de una pieza, tendría una costura perpendicular a la circunferencia, sería menos compacto y resistente y nos llevaría más tiempo. Recordad, tenemos un animalito que se siente físicamente mal y que os odia por ponerle ese frío plástico duro e incómodo... queremos darnos prisa. Así que sin miedo, cosed a las bravas a medio centímetro del borde dejando un trocito abierto para rellenar nuestro sustituto.
Por ese hueco meteremos el relleno!
Adelante, no queda nada!
!!!Listo!!! Aquí tenéis la comparativa, cono maligno versus donut blandito, de tejido amable que ni da alergias ni raspa ni pincha.
Para terminar hay que pasar una cinta por las presillas. Mis gatos no llevan collar, así que usé una tira de tela de algodón tipo camiseta, suave y un poco elástica. Pasadla por todas las presillas. (o el collar, claro)
El donut terminado!!! El cliente no tiene cara de satisfacción completa, es cierto, pero le vale de almohada para las siestas, si se choca con muebles, paredes o lo que sea es blandito... y va a juego con sus ojos... Además, toquemos madera y que no sea necesario, pero puedes usarlo una y otra vez!