31 ago 2010

en el trapecio sin red



El público espera ávido el desenlace, y nadie te había contado que a veces será difícil. Lo bueno viene cuando saltas, haces el triple tirabuzón, caes de pie con una rosa en los labios y la masa enloquece.
Hilo, tinta china y acuarela sobre papel de acuarela (claro!), tinta de caligrafía pintada con los dedos y tiza sobre papel de embalar.

4 comentarios:

la de la secta dijo...

precioso dibujo pero más preciosa filosofía... igual yo también me animo a dar ese salto mortal! espero que cardamomo salga aún más reluciente después de este inesperado y repentino baño. un abrazo

Señorita Caracol dijo...

gracias, muchas gracias. Es imprescindible saltar para crecer, aunque te caigas, aunque se te pelen las rodillas, hay que seguir caminando. Me lo repito setecientas veces al día... seguiré saltando. Saltad conmigo!!!!!!!!!

EL PREDICADOR dijo...

Siempre me ha dado miedo pensar en lo íntimo de ese momento sólo vivido por el trapecista, esa soledad abrumadora ante lo incierto y lo peligroso; incomprendido por la masa espectante que en su mayoría infravalora ese acto heróico que pasará desapercibido para muchos de los presentes en el respetable. Pero tras el momento difícil, cuando suenan los aplausos y el trapecista sigue vivo, se siente más viejo y más fuerte, más curtido ante los saltos futuros del más difícil todavía.
En ese momento de soledad, la Srta Caracol no debe sentirse sola; debe conocer las caras de algunos de los que estamos en las gradas, y sabemos que triunfará.
El espectáculo debe continuar...
Un abrazo fuerte, suerte amiga.

Señorita Caracol dijo...

desde luego, además de miedo y tristeza, la trapecista siente gratitud, y la tremenda fortuna de conocer gente especial... si no fuese así, subirse al trapecio cada día sería imposible.